OBSESIONES Y COMPULSIONES: CUANDO EL CEREBRO RAPTA LA VOLUNTAD
Breve conceptualización del TOC, características más relevantes y pautas para afrontar su sintomatología.
Miguel Gil Redondo
10/9/20257 min read


Seguramente hayas oído alguna vez el nombre del TOC, siglas tras las que figura el llamado Trastorno Obsesivo Compulsivo. Se trata de un trastorno de ansiedad caracterizado, como su propio nombre indica, por dos síntomas principales y bien delimitados:
Obsesiones: Se definen como aquellos pensamientos intrusivos que irrumpen en el estado mental de la persona, considerándose como no deseados y, ante la imposibilidad de deshacerse de ellos, terminan por constituir un verdadero malestar. El contenido de estos pensamientos pueden ser de diferente naturaleza, siendo los más frecuentes aquellos relacionados con el orden, la limpieza, la muerte, la religión y la enfermedad, resultando en la mayoría de ocasiones altamente desagradables e invasivos.
Compulsiones: Son todas aquellas acciones o pensamientos destinados a prevenir o reducir el malestar ocasionado por las obsesiones anteriormente descritas. Normalmente, quien presenta obsesiones desarrollará conductas compulsivas, pudiendo éstas estar relacionadas o no con el contenido de los propios pensamientos intrusivos. Ejemplos de ellas pueden ser el lavarse las manos en reiteradas ocasiones ante el miedo de enfermar de gravedad o dar un cierto número de toques en el umbral de las puertas al pasar por ellas para evitar que suceda algo malo.
Ambos síntomas tienden a retroalimentarse, pues el mecanismo del TOC funcionaría de la siguiente manera: La persona, ante un estímulo determinado, genera involuntariamente una serie de pensamientos intrusivos. Ante la imposibilidad de deshacerse de ellos, y acompañado del malestar que la situación genera, opta por la elaboración de una acción. No obstante, dicha compulsión, lejos de constituir la solución del problema, forma parte del mismo. Esto es debido a que, a largo plazo, las compulsiones refuerzan y prolongan la existencia de las obsesiones.
Dicha dinámica, a grandes rasgos, podría guardar cierta similitud con el hecho de fumar un cigarrillo cada vez que se experimenta un estado de ansiedad elevada: En un primer momento puede llegar a tener un efecto tranquilizador, pero, a largo plazo, se asociará cada vez más la acción de fumar con la de reducir el malestar, cayendo así en un círculo vicioso que favorecerá a que el problema se sostenga en el tiempo.
“ME DA TOC QUE…”
A pesar de que, en las últimas décadas, la investigación dirigida a conocer más de cerca el TOC ha aumentado exponencialmente, se sigue empleando el concepto de una manera generalizada y, en muchas ocasiones, errónea.
Hoy en día es normal escuchar expresiones de la índole “Este número me da TOC”, “Tengo que ordenar mi habitación que me entra TOC” o “Me da TOC que ese cuadro esté torcido”. No obstante, nada se encuentra más lejos de la realidad. El TOC tiene un impacto de gran relevancia en la vida de quien lo padece, considerándose un trastorno de gran complejidad. Por tanto, es inadecuado utilizar el término con el fin de describir un mero hecho de desorden, incomodidad u otro tipo de fenómeno cotidiano.
Esto, inevitablemente, promueve la incomprensión de lo que de verdad significa experimentar los síntomas anteriormente descritos. Y, aunque dichas expresiones no se suelen emplear con una mala intención, el hecho de usarlas de una manera más adecuada puede conformar el primer paso para reducir la desinformación y el estigma en lo concerniente a los temas relacionados con la salud mental.
VOLVAMOS AL TÍTULO
Una vez entendido lo que es el TOC, retornemos hacia un punto clave. Si leemos el título de nuevo… ¿A qué me estaría refiriendo exactamente con que el cerebro rapta la voluntad? Bien, como se ha comentado previamente, se trata de un trastorno en donde los pensamientos intrusivos asaltan el propio estado mental. Hasta aquí puede llegar a ser algo común, ya que todos hemos experimentado en alguna ocasión pensamientos incómodos que emergen sin una razón aparente pero que, sin embargo, se disipan rápidamente.
No obstante, en el TOC algo cambia: El pensamiento permanece inmutable a nuestros reiterados intentos por deshacernos de él y, además, suele acrecentarse a medida que focalizamos nuestra atención en su propio contenido, aun sabiendo que el pensamiento en sí es absurdo, carece de sentido o es inadecuado.
Es por ello por lo que, quien padece o ha padecido este trastorno, suele describir estos hechos bajo la analogía de que su cerebro no responde a su propia voluntad por librarse de aquellos pensamientos incómodos o amenazantes. Ante la problemática anterior, se tiende a buscar, como única salida, la elaboración de las compulsiones anteriormente explicadas.
Y sí, me gustaría remarcar el adjetivo “amenazante”, pues casi en la totalidad de los casos no se trata de obsesiones neutras e indiferentes, sino pensamientos verdaderamente desagradables y, en algunas ocasiones, aterradores. Estos, sumados a las compulsiones, limitan el bienestar y hasta el propio funcionamiento de quien lo experimenta. Es por ello por lo que el TOC se considera uno de los trastornos más incapacitantes en la actualidad.
¿CÓMO PODEMOS ABORDAR SU SINTOMATOLOGÍA?
Antes de nada quisiera destacar que, aunque este artículo tiene como finalidad el informar y poder proporcionar ciertas pautas de importancia, lo primordial es poder solicitar ayuda ante un profesional de la salud mental que individualice nuestro caso y pueda ofrecernos un plan de tratamiento adaptado a nosotros. En ningún momento este escrito pretende sustituir la labor fundamental de los mencionados profesionales.
Sabiendo lo anterior… ¿Qué pautas pueden ser útiles a la hora de lidiar con las obsesiones y compulsiones?
Lo más importante es entender que, aunque las obsesiones sean de carácter intrusivo y puedan suponer una amenaza para ti, son solamente pensamientos y, por muy reales y vívidos que puedan resultar, no se pueden transformar en realidades por el mero hecho de evocarlos en nuestra mente. Por tanto, mi primer consejo es que estés tranquilo/a e intentes tener esto en cuenta la próxima vez que este tipo de pensamientos interrumpan tu día.
Otro hecho que es importante saber es que, cuanto más intentemos eliminar un pensamiento de nuestra mente, más tenderá a aumentar su intensidad y frecuencia. Si ahora mismo te digo que no pienses en un coche amarillo… ¿Eres capaz de no hacerlo? No solo no dejamos de pensar en él, sino que se hace más notorio. Por ello, y en vez de intentar deshacernos de estos pensamientos y “combatirlos”, puede ser una mejor alternativa dejarlos estar y mantenerse al margen de ellos en la medida de lo posible. Aunque, y sobre todo al comienzo, constituya un verdadero reto, a medida que vayamos integrando esto será más probable que disminuya el protagonismo de las obsesiones.
En cuanto a las compulsiones, debes de tener en cuenta que, abordando las obsesiones, será más fácil irrumpir en el bucle de la obsesión-compulsión, por lo que estas últimas suelen remitir. Aun así, es conveniente saber lo siguiente: Aunque a corto plazo sea útil llevar a cabo una compulsión —pues reduce el malestar ocasionado por los pensamientos intrusivos—, a la larga mantiene todo el bucle del TOC. Por ello, y por muy complicado que resulte al principio, intenta otorgar a las compulsiones la importancia que de verdad poseen, teniendo en cuenta a su vez que a medida que vayas evitando realizarlas estarás contribuyendo a que las obsesiones aparezcan con menos frecuencia e intensidad.
Además, el hecho de aprender alguna técnica de relajación puede resultarnos de ayuda a la hora de reducir los niveles de ansiedad ocasionados por la experimentación de las obsesiciones y compulsiones. Respirar lentamente por la nariz hasta llenar los pulmones de oxígeno y exhalar el aire por la boca de manera paulatina es una herramienta sencilla pero eficaz para encontrarnos más tranquilos, sobre todo si lo llevamos a cabo en un lugar que sea cómodo y nos transmita serenidad. No obstante, he de decir que, en el caso de que no sientas ningún beneficio, existen más técnicas destinadas a relajarnos. Lo importante es encontrar la que más se adecúe a nosotros.
Por último, evita autoculpabilizarte por el hecho de experimentar este tipo de pensamientos y llevar a cabo las compulsiones. Como se ha comentado a lo largo del artículo, las obsesiones suelen ser involuntarias y, aunque experimentarlas pueda generar cierta impotencia y frustración, no debemos arremeter contra nosotros mismos por algo que, en un principio, escapa de nuestro control. Sin embargo, el hecho de integrar información de relevancia, introducir pequeños cambios en nuestra vida diaria y, sobre todo, buscar apoyo cuando notemos que el problema está interfiriendo en nuestro día a día, será clave de cara a resolver la problemática.
MATERIAL QUE PODRÍA SERVIRTE DE AYUDA
Con el fin de completar la información anteriormente expuesta, creo conveniente agregar contenido relacionado con el TOC, lo cual puede otorgar al lector nuevas perspectivas a la hora de comprender y reflexionar acerca de las obsesiones y compulsiones. Como contenido audiovisual, puedes consultar lo siguiente:
Película: “TOC TOC”, de Vicente Villanueva
Cortometraje: “TOC”, de Anatael Pérez
Documental: “Mi vida con TOC”, de Allan Right
En cuanto a un material más enfocado hacia la lectura, encontramos lo siguiente:
“Manual para dominar los pensamientos ansiosos”, de David A. Clark
“Guía para superar los pensamientos atemorizantes, obsesivos o inquietantes”, de Sally M. Winston y Martin N. Seif
“No pienses en un elefante rosa”, de Antía Yáñez
El hecho de contar con información siempre resultará útil y necesario, tanto para entender mejor lo que nos puede estar ocurriendo como para disponer de una mayor cantidad de conocimiento. No obstante, puede que siga resultando insuficiente para poder conocer las causas del trastorno y las herramientas que más se adecúen a nosotros. Tal y como mencioné anteriormente, será un profesional de la salud mental la persona más indicada para evaluar, analizar y establecer un tratamiento destinado a abordar la sintomatología desencadenada por el TOC.
NUESTRO PAPEL EN EL FUTURO DEL TOC
Trastornos como del que se ha hablado constituyen una lucha constante y diaria contra nuestra propia mente. Al no haber signos claros ni visibles, tienden a pasar desapercibidas en la sociedad y, en muchas ocasiones, constituir una fuente de incomprensión en relación con el propio entorno.
Por ello, y como último punto a incluir, es conveniente tener en cuenta las posibles batallas que se pueden estar lidiando detrás de pensamientos, actos o patrones de comportamiento aparentemente carentes de sentido, exagerados o repetitivos. Dichas batallas internas son, en efecto, invisibles para el resto de personas, y la responsabilidad de romper con el estigma y los prejuicios relacionados con la salud mental comienza en cada uno de nosotros.
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